martes, 21 de agosto de 2007

CARTA A UN CARADURA.










CARTA A JOSE VICENTE RANGEL.
A propósito de su articulo: “El corazón de las tinieblas”.





Desde Washington.

Señor Rangel:
En 1999, como Ministro de Relaciones Exteriores usted expuso la determinación del nuevo gobierno de terminar con la corrupción. En aquél momento no había por qué dudar de sus promesas. Hoy, después de nueve años de régimen chavista, en los cuáles la corrupción ha sido la mayor jamás registrada en la historia del país, es evidente que sus promesas eran insinceras. Usted ha sido durante todo este tiempo uno de los colaboradores más incondicionales de este régimen funesto. Su articulo (http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=15&t=51518) comprueba que lo sigue siendo, pués allí se atreve a decir cosas como las siguientes:
“Chávez es uno de los presidentes más honestos que ha tenido el país”. Y añade: “los que tratan de manchar su nombre y responsabilizarlo por los hechos de corrupción que ocurren son unos miserables”. Déjeme decirle de entrada , Sr. Rangel, el miserable es usted. Se lo digo porque soy uno de quienes responsabilizan directamente a Hugo Chávez por el grosero nivel de corrupción que existe en este país. No es necesario hacer ningun esfuerzo para documentar esta aseveración. No puede ser honesto un hombre que conspiró por diez años desde el ejército para tumbar a un presidente democrático, quien absuelve a un delincuente como Rafaél Ramírez de sus crímenes contra Petróleos de Venezuela y pide que “lo multen a él”, quien permite la corrupción desatada de sus familiares y los enchufa en la administración pública, quien permite que el tribunal supremo de justicia, el consejo nacional electoral y el mal llamado poder moral sean nidos de intrigas, sobreprecios, manejos turbios y parcialización política, quien permite que existan hasta tres presupuestos paralelos sin el más mínimo control, quien regala las riquezas de la nación a otros países por razones de conveniencia personal, quien ha prostituido las fuerzas armadas, quien ha sembrado el odio entre los venezolanos. Que honesto puede ser un hombre que pretende destruir nuestra democracia? Que honesto puede ser un incompetente que no acepta su incompetencia o un loco que no acepta su locura? Lo que usted dice lo dice para congraciarse con él, para permanecer firme en el poder detrás del trono, para continuar derivando de su relación con el jefe máximo las ventajas materiales que se derivan de esa relación. En este sentido usted es tan deshonesto como Chávez, quizás más deshonesto, porque se arrodilla frente a la deshonestidad con los ojos bien abiertos mientras el corrupto mayor, en su inconsciencia, cree firmemente que “se la está comiendo”.
Hablando del avance de la corrupción dice usted: “quiero planterlo sin mencionar casos concretos”. No le bastaron, acaso, nueve años para que usted se diera cuenta de que la corrupción se estaba tragando al país, a PDVSA, al ejército, a los banqueros afines al régimen, a los ministros colegas suyos? No le bastaron nueve años para darse cuenta de que nombrar a Nicolás Maduro canciller es un acto de corrupción tan grande como robarse 10 millones de dólares? No sabe usted aún que la corrupción no radica solamente en robar sino que abarca la irresponsabilidad en el manejo del país, la indiferencia frente al robo de amigos y familiares, la inacción frente al delito generalizado y comprobado, la designación de ministros con el más bajo cociente intelectual de nuestra historia, el financiamiento de actividades políticas en otros países, la adquisición de un avión presidencial sin tener presupuesto para ello, la creación confesa de una crisis artificial en PDVSA para apoderarse de ella? Cuando usted menciona que no expondrá casos concretos está tratando de decir que hay corupción sin corruptos. No hay corrupción sin corruptos. La corrupción en el régimen tiene nombres y apellidos. Simplemente vea las fotos en grupo que usted se ha tomado en el ejercicio de sus funciones durante nueve largos años para identificar a muchos de ellos.
Dice usted que “la lucha contra la corrupción es de todos”. Le sugiero que comienze usted por hacerlo de manera genuina, no hablando para la galería. Yo me permití publicar un extenso análisis sobre la corrupción del gobierno de Hugo Chávez, el cuál puede usted encontrar en el vínculo http://www.elcato.org/node/2080 . Yo cumplí con mi parte, cumpla usted con la suya, de frente y con honestidad. En lugar de adular a Chávez llamándolo honesto, dígale por qué no lo es.
Termina usted: “Ahora que Chávez presentó el proyecto de reforma constitucional, la oposición se molesta. Pero llegó la hora del debate democrático, participativo, que tanto se pedía”. Que cínico es usted, Sr. Rangel! Como puede haber debate “democrático” sobre una propuesta que remataría la agonizante democracia? Comparte usted caradurismo con Eleazar Díaz Rangel. La hora del debate pasó en Venezuela para ser reemplazada por la resistencia contra la dictadura, contra la corrupción galopante, contra la impudicia de gentes como usted. Sigue usted pidiendo a los venezolanos ponerse guantes blancos mientras Hugo Chávez anda desde hace tiempo con una mandarria en la mano.
Si Joseph Conrad viviera y escribiera sobre este régimen que usted defiende no hablaría de “el corazón de las tinieblas” sino de tinieblas. No mencionaría el corazón.

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