sábado, 15 de septiembre de 2007

LA MUERTE DE UN GRAN VENEZOLANO


SE NOS FUÉ ALDEMARO!

Aunque no pretendo ser un cronista ni experto musical siempre he amado la música, la clásica y la popular. Mucha de la música popular es clásica, si definimos lo clásico como “lo digno de ser imitado”. En esa categoría está mucha de la música de Aldemaro Romero, quien acaba de fallecer en Caracas. Al saber la noticia de su muerte he buscado su música en la pequeña colección de CD’s que me traje al exterior cuando salí de las pezuñas de Hugo Chávez. Apenas tengo cuatro CD’s de Aldemaro: uno en el cuál Henry Rubio interpreta a Aldemaro Romero y su Onda Nueva; Un CD de la música seria de Aldemaro, el cuál incluye su Suite para Cuerdas, la Suite para Cello y Piano y el Cuarteto Latinoamericano para Saxofones; un tercero con la Tocatta Bachiana y Pajarillo Aldemaroso, interpretados por la Orquesta Sinfónica de Carabobo y un cuarto llamado Dinners, “edición especial para mis amigos”, en el cuál figuran el hermoso tema de “Quinta Anauco”, la melancólica “De Conde a Principal”, “Carretera”, “Doña Mentira” y “Catuche”.
He pasado un par de horas re-escuchando esta bella música, como homenaje a quien fuera uno de los mejores músicos venezolanos del Siglo XX. Nunca olvidaré mi última conversación con él, en Valencia. Allí me dijo que su composición favorita, aunque no fuese la mejor, era “Me Queda el Consuelo", el primer bolero que compuso. Fué una canción de amor no correspondido, me dijo Aldemaro, agregando que "ese es el más desesperado de los amores". Hasta me mencionó el nombre de su Dulcinea de la época, el cuál he olvidado.
Aldemaro era una personalidad original. No solo componía bellas música sino que escribía extraordinariamente bien. Sus arreglos de valses venezolanos que dieron origen a la serie de “Dinner en Caracas” vistieron a nuestros valses de gala, sacándolos de las noches de retreta en las plazas de nuestros pueblos para llevarlos a las grandes salas de concierto.
En "Tocatta Bachiana y Pajarillo Aldemaroso" Aldemaro combinó las formas de la fuga con los temas tradicionales del llano venezolano, el pajarillo y el seis por derecho, un matrimonio tan improbable como espectacular.
Aldemaro fue buena prueba del dicho: "Nadie es profeta en su tierra". En Venezuela le fue negado sistemáticamente el reconocimiento que se le dió en Europa y en USA, sobre todo en Italia donde grabó mucha de su música. Fue en Italia que compuso la música para la película sobre Bolívar, partitura de gran belleza, lamentablemente hoy casi perdida.
Su originalidad lo llevó a crear un ritmo nuevo, la onda nueva, la cuál tuvo un breve momento de auge. No es por ella que será recordado sino por sus bellísmos arreglos de la música tradicional venezolana y por sus bellas canciones y composiciones sinfónicas. Su obra musical fué voluminosa pero quizás solo hemos podido escuchar una muy pequeña parte de lo que compuso.
Aldemaro se ha ido. Ojalá que redescubramos su obra y que se le dé algun día el reconocimiento que se le negó en vida. Junto con Antonio Estévez, Evencio Castellanos e Inocente Carreño ha sido uno de mis compositores venezolanos preferidos. En este momento estoy escuchando, apesumbrado por su muerte, su infinitamente elegante y triste Vals Para Clementina. Y entre los sonidos de terciopelo de los violines y las violas me parece ver, de nuevo, al hombre que lo compuso, hablando de lo venezolano que él conocía tan bien, con el encanto y el sentido del humor característicos de un gran señor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente homenaje al maestro. Leer su escrito me ayudo a aliviar la pena. Como usted, estoy fuera del pais pero lamentablemente no alcance a traerme alguno de los tesoros musicales que menciona. Gracias por escribir. Necesitamos buenas plumas para homenajear a Aldemaro. Sabemos que el arrogante y envidioso gobierno venezolano no realizara el homenaje que se merece el Maestro.

Anónimo dijo...

Tengo un grato recuerdo de Aldemaro, desde la época en que dirigía su orquesta en los años cincuenta. Fue un aventajado músico que cosechó triunfos desde muy joven edad, gracias a su esfuerzo y perseverancia. También escribía con una prosa concisa y elegante. Llamaba las cosas por su nombre y hacía alarde de un humor fino. Era un excelente pianista, con una habilidad especial para el arreglo y el desarrollo de temas musicales, a los cuales dotaba de las más inesperadas pero a la vez gratas variaciones. Fue sobre todo un creador de nuevos estilos musicales, en una época donde todo parecía haberse consolidado en el área de la composición musical en la región latinoamericana. Su onda nueva significó un aporte a las corrientes que buscan la síntesis entre los diferentes ritmos y expresiones musicales de nuestro continente mestizo. No estoy muy de acuerdo con que se la aplique el mote de no haber sido profeta en su tierra, pues siempre ha sido admirado por su obra entre sus compatriotas. Sinembargo, lamento que otros que no han hecho aporte alguno en el género musical y que usufructúan el talento de los más jóvenes, hayan tenido mejor fortuna y sean más reconocidos que Aldemaro. Pero ésta es otra historia. Algún día los méritos de Aldemaro seguirán brillando, mientras los músicos sin obra que mostrar, salvo sus alabanzas al dictador de turno, serán sepultados en el olvido...Muchas gracias, de su siempre lector, Alejandro Fortique.

Gustavo Coronel dijo...

Gracias por estos comentarios. Ahora nos queda su música, la cuál nos dará grandes momentos de alegría y nostlgia.