domingo, 2 de mayo de 2010

Hamponato chavista embarcado en orgía de robos y asaltos a la propiedad privada

La Venezuela generada por el hamponato está en ruinas.


**** Los espera la cárcel.

“Exprópiese”….da media vuelta y levanta su dedito hacia el sur y dice: “exprópiese”. Los aplausos le hacen coro mientras una sonrisita orgásmica le ilumina las panfletudas mejillas. Regresa a su despacho en el fuerte militar y pregunta: “Ya le dijeron a la alcaldesa que saque a la POLAR de Barquisimeto? “ . Y vuelve a sonreir, pensando en lo apoplético que se pondrá Mendoza con el decreto. “Si pelean mucho les hago yo mismo el decreto, pá que se tengan que ir más rápido que lo que tarda Arias Cárdenas en jalarme bolas”.
Toma el télefono rojo y llama al ministro: “Mira, ya expropiastes la central azucarera de Oriente? Quiero completar las diez centrales en manos del gobierno. Quiero ir a cortar caña, como Fidel”.
Estas acciones del dictador han continuado con el asalto a, y despojo hecho de, las fincas de Diego Arria y del capitán Carlos Guyón. Nadie duda, ciertamente no los regocijados miembros del hamponato, que estas acciones representan actos de venganza por parte del acomplejado dictador. Guyón y Arria comparten una posición crítica frente a la dictadura. Ello es motivo para que sus propiedades sean objeto del latrocinio chavista.
El signo de la dictadura es la venganza, el desquite, el pase de factura a todos quienes disienten del desastre que impera en el régimen y en el país. Es un proceso violento y grosero de nivelación hacia abajo, de despojos a todos menos ellos, quienes usan relojes de $150.000, andan en aviones comprados de manera ilegal, tienen cuentas mil millonarias en el exterior y se visten donde ermenegildo, aunque en ellos el hábito no hace al monje. Las fotos que muestran a la familita vaso de whisky en mano, en un avion del estado, o en Las Vegas, revelan la especial satisfacción de quienes disfrutan de privilegios no ganados.
Van once años de esta política de la revancha, una política que ha sembrado el odio entre venezolanos, que está destruyendo espiritualmente al país. Más allá de la ruina material y del despilfarro de los bienes nacionales, este es el mayor crímen de los hampones rojos y de sus cómplices por cobardía y codicia, como los embajadores que le sirven.
Este es el crimen por el cual no pueden ser perdonados. Tienen que pagar por este crimen porque de otra manera el país nunca podrá tener derecho moral al progreso. Aquí no cabe perdón, como lo hubo de manera hipócrita y blandengue en 1992, aquí no cabe “reconciliación”. Como reconciliarnos con hampones? O es que los valores ya no tienen vigencia?


1 comentario:

Unknown dijo...

Hola! Soy de Mexico y aca no se conoce la palabra hamponato, me podria dar usted el significado de esta?
De antemano, gracias.