lunes, 9 de mayo de 2011

La Venezuela de hoy: sin tradición y sin sueños


Hospital caraqueño: esta es ya una manera de vivir.

La Venezuela que se ha ido consolidando durante la última década luce sin tradición y sin sueños. Con la excepción del bolivarianismo deforme que ha creado Chávez y de su exaltación demagógica de figuras históricas menores y hasta piratas, como Ezequiél Zamora, la sociedad venezolana parece haberse olvidado de que tuvo un pasado frecuentemente digno y valioso. Nuestros héroes civiles: escritores, pintores, atletas, han sido enviados al corrral de los trastos inútiles, lo cual imparte a nuestra sociedad una fisonomía incolora.

Por otra parte, los sueños están desapareciendo. Los venezolanos quienes aún los tienen, esos sueños de un país civilizado, cordial y solidario que mantienen viva, en cualquier nación, la llama de la grandeza, son cada vez los menos.

La gran masa vive en un presente azorado, en lo que puede definirse como un modo de sobrevivencia. Los datos de una reciente encuesta (Consultores 21, Marzo 2011) nos ofrecen la imágen de una sociedad capturada por lo inmediato. Sus cuatro mayores preocupaciones son todas de carácter apremiantes y angustiosas: la inseguridad, el desempleo, los problemas económicos personales y el alto costo de la vida. Es preciso concluir de esa lectura que el venezolano vive en un presente signado por la urgencia de sobrevivir. Solo a un 7 por ciento le interesa no tener una vivienda digna. Solo a un 4 por ciento le preocupa la situación estructural del sector salud. La inflación, la más alta del hemisferio, no le preocupa sino a un 3,8 por ciento. La educación no aparece por ninguna parte como asunto prioritario. El asunto es brutalmente primitivo: no ser asesinado, tener una chamba, dinero en el bolsillo y poder adquisitivo. Estas son aspiraciones legítimas, pero típicas de una sociedad en trance de sobrevivir a duras penas. Las sociedades que han logrado superar estos peldaños básicos se preocupan por componentes espirituales o intelectuales. Es evidente que nuestra Venezuela actual no los posee en porciones suficientes para prosperar.

Esto representa una involución con respecto a la Venezuela de hace apenas algunas décadas. Se necesitará un gran cambio actitudinal en la sociedad venezolana para revertir esta marcha hacia los peldaños más bajos del desarrollo, cambio que solo podrá llevarse a cabo bajo el influjo de un liderazgo moderno, humanista y de visión realmente incluyente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Coronel, Ud. retrata en forma exacta la triste realidad que confrontamos los venezolanos que tenemos sueños de país civilizado, progresista, en el cual TODOS sintamos bienestar y esperanza. Efectivamente, vivimos en un estado de supervivencia perenne. Los que tienen sueños, no saben cómo hacer para adecuar sus acciones en pos de cumplirlos. Le comentaba a mi esposa en estos días, y me viene el pensamiento en forma reiterada desde hace tiempo, y no me puedo consolar, que este país tuvo una clase intelectual, profesional y humana extraordinaria entre las décadas del 40 y el 60. Una gente pujante, con sueños de país extraordinario, una visión hermosa (por cierto los hubo, comunistas también, pero nada que ver con estos, y que comunistas, de hoy en día...)Yo me pregunto con frecuencia, ¿cómo y a dónde fueron a parar todos esos esfuerzos, deseos, intenciones, sueños? Me digo, todo eso debe estar en alguna parte de nuestra sociedad, yo no creo que no tengamos gente con ideas extraordinarias, que tengan proyectos interesantes e importantes de construcción social, artística, social, política, etc. La respuesta es, esa (poca) gente está trabajando en su entorno cercano, calladita, casi que escondidos, ante la situación de devastación y desintegración de unas políticas públicas nacionales lamentables en todos los ámbitos y el ruido eterno, estridente y sofocante de una política y populismo destemplado y de baja ralea. Los proyectos de construcción de civilidad y sueños en este país se han atomizado e individualizado, en una sociedad cada vez más heterogénea e ignorante y menos solidaria e intelectual (hay que decirlo tal cual es). Los venezolanos estamos llenos de sensibilidad, pero no tenemos un liderazgo sensible, sino populista e ignorante.
Saludos,

Gustavo Coronel dijo...

Mi apreciado amigo:
Lo que usted dice es lo que miles, millones de venezolanos están pensando. Donde se fué nuestro país?
Hay que rescatarlo mediante la resistencia. Que es resistir? Hacer algo cada día que muestre nuestra inconformidad.
Mientras estuve allá, yo escribía semanalmente centenares de páginas 8,5 por 11 con marcador diciendo:
CHAVEZ ES UN DESPOTA. ENGAÑA A LOS POBRES. ENTREGA EL PAÍS A LOS CUBANOS.PDVSA LE ENTREGA LA FAJA DEL ORINOCO A LOS CHINOS. EL DINERO DEL PETRÓLEO VA A FIDEL CASTRO. DONDE ESTAN LAS VIVIENDAS?. CHAVEZ ES PURO BLA BLA BLA.
Y los dejaba en todas las oficinas públicas, en el metro, en las calles, donde la gente pudiera verlos. Un mensaje de protesta. Si este mensaje puede multiplicarse se puede convertir en un clamor colectivo. NO se si eso funcionaba bien, regular o mál, pero al menos me daba la sensación de estar enfrentando la pesadilla del ignorante y ladrón que tenemos en el poder.