lunes, 8 de julio de 2013

Si yo fuera Edward Snowden


 

 

La manera en la cual usualmente evaluamos la acción ajena es poniéndonos en  el lugar de la persona y preguntarnos: que haríamos nosotros de estar en sus zapatos?

Si yo estuviera en los zapatos de Edward Snowden, trabajando para el gobierno de los Estados Unidos con un permiso dado por el gobierno, y hubiera encontrado documentos que considerara tan dañinos para la nación que debían ser revelados, probablemente hubiera tratado de hacerlo por vía de organismos del gobierno del país, antes de ir a la prensa. Cuales? Si no confiara en el poder ejecutivo, iría al Congreso donde existen comités bipartidistas o iría a la Corte Suprema.

 Hubiera considerado la naturaleza de los documentos a ser revelados. Si ellos son clasificados, si están protegidos legalmente y son de naturaleza confidencial entonces sabría que al revelarlos estoy violando las leyes de mi país.

Si yo estuviera bajo un compromiso o juramento legal y ético de mantener la confidencialidad de tales documentos a ser revelados, entonces sabría que debo traicionar ese compromiso o juramento para seguir adelante.

 Si después de considerar estos aspectos decidiese hacer públicos los documentos, lo haría  a través de organismos del gobierno tales como los descritos arriba y, sobre todo, no hubiera huído. Si estoy haciendo algo que considero  justo , decidiría enfrentar las consecuencias ante la opinión púlica de mi país.


El acto de denunciar lo que se considera dañino para la nación puede ser un acto de heroísmo cívico si está acompañado de una postura digna. La fuga es un acto de cobardía moral. Como fugitivo me convierto en un peón en el perverso juego de ajedrez que juegan las naciones, desvirtuo  la naturaleza de mi acto. Seré usado para fines de la propaganda de naciones forajidas.    

Si tengo que huír por proteger la democracia y la libertad de mis conciudadanos, adonde iría?  Iría a los países donde está libertad y democracia están garantizadas: Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda. No iría a países que pisotean lo que estoy tratando de defender. No iría ni a Rusia, ni a Cuba, ni a Nicaragua, ni a Venezuela.

 Eso es lo que pensaría yo de ser Edward Snowden.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fue lo mas sano que pudo haber hecho ese Sr. Eso demuestra que a pesar de trabajar en ese organismo tan importante y delicado NO FUE INTELIGENTE!y ahora esta sufriendo las consecuencias de su "traicion".